El Desquite

La ola del Desquite

La ola del Desquite

Así como ha ocurrido en otras oportunidades, el Desquite está más acumulado que el Loto. Esto ocurre porque en general, cuando hay ganadores del Loto, el Desquite se ha venido acumulado por varios sorteos. A diferencia del Desquite, cuando no hay ganadores en el Loto, cada vez hay más interesados en apostar, se hacen más apuestas y el pozo se acumula vertiginosamente, aumentando grandemente las probabilidades que aparezca un ganador. Estadísticamente esto se ve claramente porque las mayores rachas de sorteos sin ganadores en el Loto es de 21 (en tres ocasiones distintas), en cambio en el Desquite ha habido 14 ocasiones en que se ha acumulado por 22 o más sorteos (con un máximo de 52), considerando este último sorteo donde ya se ha acumulado 26 veces.

Por cierto, lo mismo puede decirse de la Revancha, que también se acumula más sorteos que el Loto, aunque hoy no es el caso. Nueve veces la Revancha se ha acumulado en más sorteos que en el Loto, con un máximo de 35 sorteos sin ganadores. Sin embargo el pozo que se acumula en el Loto en 21 sorteos es muchísimo mayor a lo que se acumula en la Revancha en 35 o en el Desquite en 52.

Por otro lado, jugar al Desquite (y a la Revancha) es menos atractivo que al Loto, pues uno se juega el todo por el todo. En el Loto uno puede optar a premios menores si se equivoca en uno, dos o tres números, pero buscar exactamente los seis que nos harán ganar el Desquite (o Revancha) es bastante difícil. Sin embargo, si quieren intentarlo, puedo decirles que el número 13 lleva 64 sorteos sin salir, que es lo que más ha demorado un número en aparecer, considerando Loto, Revancha y Desquite; hace 5 sorteos que no se repite ningún número del sorteo anterior, aunque esto pasa cada 1,86 sorteos; hace 3 sorteos que no aparecen números en secuencia, y esto ocurre cada 1,72 sorteos; y hace 2 sorteos que no aparecen números terminados en un mismo dígito, lo que ocurre cada 1,26 sorteos.

Terminaciones en el dígito 9

Aparecen en todas partes

Aparecen en todas partes

Por cuarto sorteo consecutivo aparecieron dos números terminados en el dígito 9 en la combinación ganadora del Loto. Recordemos, o si no lo sabían ahora se enteran, que la terminación en el número 9 es la menos frecuente del Loto: sólo 48 veces ha aparecido una pareja de números terminados en 9 y 2 veces apareció un trío. El resto tienen todos 60 o más apariciones en pareja y al menos 3 tríos. Sin embargo sólo una vez antes había aparecido una misma terminación en cuatro sorteos consecutivos como ahora; ocurrió entre los sorteos #2971 y #2974 con terminación en el dígito 7 que, dicho sea de paso, es la segunda terminación más frecuente del Loto, detrás de la terminación en 1, que como sabemos tiene una ventaja respecto del resto porque existen cinco números terminados en 1.

¿Qué posibilidades existen de que vuelvan a salir dos o más números terminados en 9 en el próximo sorteo? Estadísticamente son muy pocas, pues nunca ha ocurrido, pero… Siempre hay un pero. Veamos, el número 39 ha aparecido en los últimos 3 sorteos y sólo una vez antes salió en 4 sorteos seguidos; el número 29 ha aparecido en los últimos 2 sorteos y en dos ocasiones anteriores salió en 3 sorteos seguidos; el número 9 lleva 14 sorteos sin salir. Por otro lado, 3 números terminados en 9 están entre los 9 números menos frecuentes del Loto: 9, 29 y 39.

¿Vale la pena arriesgarse? Yo creo que sí: el costo de un Loto es de $1.000 sin Revancha ni Desquite ni Multiplicador. Así que puedes hacer tu jugada habitual y jugar otra cartilla con los pícaros números terminados en 9, que al parecer están calentitos. Yo me inclino por el número 9 y estoy entre el 19 y el 29; en una de ésas juego los tres.

Los números cotidianos

Los números está en todas partes

Los números está en todas partes

No importa el método que hayan escogido para jugar sus Lotos anteriores, no tuvieron suerte; en realidad nadie la tuvo, pues los pozos de todos los juegos se han acumulado. Y seguramente estás buscando otra fórmula para escoger los números, que esta vez si serán los ganadores. De hecho estamos rodeados de números y estos nos acosan desde temprano en la mañana: en la tele son las temperaturas del día, en la calle son las patentes de los autos o los números de las micros. Y en la conversación diaria se mezclan sin darnos cuenta: «andar al 3 y al 4», «no tener ni un 20», al decir la fecha y la hora, etc.

Siempre me he preguntado si esos números son buenos candidatos para jugarlos y he llegado a la conclusión que no. Alguna vez les comenté que los números de las fechas y los números del sorteo estadísticamente no lo son. En cuanto a los otros, lo intuyo. Cuando vemos la tele, por ejemplo, las temperaturas mínimas y máximas a diferentes horas del día suelen ser del tipo: a las 8, 10°, a las 14, 29°, a las 22, 11°. ¿Pueden ser esta la combinación ganadora del Loto el mismo día que se emiten? La respuesta es sí, y tiene la misma probabilidad que cualquiera de las otras 4 millones de combinaciones. El problema aquí es que estos números responden a algún sistema predeterminado, es decir, siempre se estiman a las 8, 14 y 22. Efectivamente este trío ha aparecido una sola vez en el sorteo #3137, y habría sido un día realmente extraordinario, pues el mínimo fue 4 y el máximo 36.

Otro ejemplo es la expresión “3 por 7, 21” que se dice para expresar algo verdadero o seguro. Este trío también ha aparecido una sola vez, en el sorteo #3070. La explicación aquí es la misma, corresponde a un cálculo matemático (o sistemático).

No quiere decir esto que debemos desechar cualquier combinación que contenga algún ordenamiento o conformación sistemática, pues como ya hemos visto, al menos han salido una vez. Pero el azar es más caótico.

El peso de las estadísticas

Quedará en la estadística

La selección de fútbol de Chile llevaba ganados hasta ayer 10 partidos seguidos jugando en Chile, una racha inédita que pretendía seguir agrandando, sobre todo considerando que el rival era el, por estos días, modesto Bolivia. Apostar en contrario, es decir, que perdiera o empatara, era derechamente temerario atendidos el nivel futbolístico actual de cada país; sin embargo estadísticamente era bastante razonable, pues rachas tan largas son poco frecuentes, incluso en selecciones con más pergaminos que la nuestra.

Razones que expliquen por qué no se ganó pueden haber muchas, desde la mala suerte hasta que no se jugó como cuando los puntos son importantes. Convengamos que Bolivia jugó lo justo y necesario y aprovechó las dos oportunidades que tuvo para anotar. Chile por el contrario, tuvo muchas más oportunidades y de no ser por la actuación del arquero boliviano, se podría haber ganado el partido. Pero eso es historia y la estadística es la que prevalecerá.

La lección para nosotros aquí es que no importa cuál sea la naturaleza de los hechos que estamos analizando, la historia pasada (estadísticas) siempre son un elemento a considerar cuando se quiere estimar un resultado, incluso cuando tenemos algún grado de influencia en ellos, como por ejemplo en el fútbol. En el caso de Loto, y de cualquier otro juego de azar, que supone la independencia de los sucesos entre sí, esto también aplica, más aún cuando hay una gran cantidad de información.

El número 3, por ejemplo, estuvo 11 veces apareciendo en los datos del Apostador como uno de los que llevaban más tiempo sin salir, hasta que finalmente lo hizo cuando completó 22 sorteos; estadísticamente, sólo 2 veces había demorado más tiempo sin salir, por lo que era probable que saliera en cualquier momento. No podemos saber exactamente cuándo sucederá, pero al menos tenemos una aproximación. Al menos eso es lo que yo creo.