Otro trío de nueves

Tres terminados igual

Felicitaciones al nuevo ganador del sorteo #4244 del Loto, que se lleva más de $3.400 millones. Nada fácil, considerando que la combinación ganadora incluía tres números terminados en el dígito 9. Esta es la doceava ocasión en que ocurre y, curiosamente, la primera vez que sucedió fue en el sorteo #2931, el primero que se realizó utilizando 41 números. Curioso es también que, siendo los números terminados en 9 los que menos han aparecido en el Loto, hayan aparecido tantas veces en tríos. Una última curiosidad es que, en aquellas doce combinaciones, el número 39 es el único que ha aparecido siempre, siendo, hasta hace muy poco, el número menos frecuente del Loto.

Para que tengan una idea, los números terminados en el dígito 9 han aparecido en 739 ocasiones en 614 sorteos distintos. La terminación que lo sigue en esta estadística es 4, cuyos números han aparecido 748 ocasiones en 616 sorteos distintos, pero solo 7 veces han aparecido en tríos. Quién lidera este ítem es la terminación en 1, que como hemos dicho en otras ocasiones tiene ventaja porque existen cinco números terminados en 1, con 979 apariciones en 749 sorteos y en 19 ocasiones han formado tríos (y otras dos veces formaron un cuarteto). Dejando de lado el 1, la terminación más frecuente es 5, cuyos números han aparecido 801 veces en 648 sorteos distintos, formando 12 tríos y 1 cuarteto.

Como ven, a pesar que el Apostador venía advirtiendo que había pasado mucho tiempo sin que apareciera un trío de números terminados en un mismo dígito, la elección del 9 no era la más evidente. Yo mismo arriesgué una cartilla con terminación en 1 y otra con terminación en 8, y aunque pensé en 9, nunca llegué a jugarla. En fin, ya habrá otra oportunidad. Entiendo que el incentivo para jugar haya decaído un poco porque el pozo ya no está acumulado, pero ¡ojo, que el Desquite tiene lo suyo!

Los números soñados

Un sueño hecho realidad

Cuando se trata de historias de ganadores del Loto, todos hemos escuchado el proverbial “los soñé” cuando se les pregunta cómo escogieron sus números. Yo raramente me acuerdo lo que he soñado, y las pocas veces que lo hago, casi nunca se trata de números, no al menos los que importan para el Loto.

Es un misterio para mi cómo puede alguien soñar precisamente con los números que serán los ganadores de un próximo sorteo. ¿Se verán como en una cartilla?, ¿irán volando?, ¿el soñador los irá descubriendo a medida que transcurre el sueño?; ustedes tendrán sus propias teorías. Y éste es el primero de los problemas; el siguiente no es tan menor: ¿qué hace el soñador cuando despierta?, los anota inmediatamente, o es capaz de rememorar el sueño cuando quiera, o su acompañante los anota mientras Morfeo los balbucea. Como sea, después de una noche reparadora, el personaje tiene a su disposición seis números para jugar.

Si por esas casualidades, a usted amigo que, al igual que yo nunca le ha pasado algo semejante, se encontrara con estos seis números mágicos anotados en un papelito, ¿se atrevería a jugarlos? Apuesto que sí, incluso si nunca ha jugado antes al Loto. Ahora, de aquí a que los números resulten realmente ganadores, hay un trecho enorme.

Tal vez este sea el caso del último ganador del Loto, que se llevó más de 2.600 millones de pesos por su gracia. No sé que será más frustrante: tener la seguridad de que los números ganadores no se pueden soñar, o que sabiendo que sí se puede, yo no tenga la capacidad de hacerlo. En fin, siempre se puede soñar despierto y en esas condiciones invariablemente encuentro la combinación ganadora. Lástima que hasta ahora nunca haya coincidido con la de Polla.